domingo, 4 de julio de 2010

Japi Auer - Más puro que tú.

Nunca entendí la religión, no me refiero a la idea de creer en la existencia de un ser superior a nosotros que es el autor del universo y todo lo existente (aún así la idea me parece ridícula), cuando hablo de religión me refiero a la práctica de aquellos culto dogmáticos en los que a través de una serie de paradigmas absurdos se trata de controlar la vida de aquellos, que en pocas palabras, mueren de miedo al pensar en la insignificancia de la existencia.

Sí, soy ateo y estoy seguro que mi descripción de religión molestará a más de alguno, en lo personal no me importa, cuando un grupo de hombres se mete con Santa Claus hablando de su supuesta inexistencia, pero al mismo tiempo profesan “la verdad” (sustentada solo por un libro que ha sido adulterado en reiteradas ocasiones) de la existencia de un “ser todopoderoso creador del universo que tiene un amor particular por los humanos” no puedo evitar oler el asqueroso aroma de la hipocresía.

De cualquier manera, esta queja no va en contra de la religión, sino un tema más particular que puede afectar tanto a creyentes como no creyentes, sin embargo, la idea se asocia más que nada con aquellos que se denominan católicos: la “santificación”.

Puedo entender que se admire a un individuo por las virtudes que posee según una determinada forma de ver la moral o ética, pero la idea de llevar esa admiración a tal punto en el que terminas venerando casi como a una deidad a ese sujeto, ignorando por completo todas sus fallas como persona y aforrándote a su idealización absoluta, como si fuese imposible que por alguna casualidad de la vida esa persona pudiese cometer errores en su vida, lo encuentro ridículo.

Los católicos tienen santos por todo, no solo santifican a aquel que tuvo una vida “piadosa y pura”, personas que mataron a diestra y siniestra han sido santificados solo por haber actuado “en nombre de dios” ¿Cuál es su criterio?

La idea de “pureza” es odiosa, para mí es solo una excusa patética para criticar a otros por no seguir un estilo de vida determinado, que según las convicciones de los críticos, es “correcto”, como si pasarse la vida en claustro te hiciese mejor persona que alguien que si hace algo para mejorar el mundo.

Agnesë Gonxhe Bojaxhiu, mejor conocida como Teresa de Calcutta, ha sido venerada por muchos como una santa, lo cual, a mi punto de vista, es el peor insulto que se puede hacer a todos aquellos que han muerto gracias a su visión sádica de “religiosidad”, muchos hablan de su trabajo caritativo y el bien que le hizo a miles de personas, ignorando por completo a ver la verdad de su trabajo, en el cual la mayoría del dinero que recaudó nunca fue invertido para la ayuda de los más pobres, sino en lujos para la iglesia. Toda persona que diga “la pobreza es una bendición divina” o algo parecido merece una bala en la cabeza.

Ahora tal como señalé antes, no solo los religiosos santifican a las personas, si hay algo que encuentro insoportable es ver a estos pseudo-intelectuales en la calle que tienen en las nubes a diferentes individuos por sus logros en distintos ámbitos del espectro artístico, comentarios como “Kurt Cobain es el mejor músico que ha existido” o “Pablo Neruda es el mejor escritor de Chile” o incluso más antiguos como “Beethoven es un maestro de la música” no te van a hacer más inteligente, solo van a probar que tu juicio crítico es el equivalente al de un fan de Hannah Montana. En “El lobo estepario” de Heese se hace una interesante alusión a esto, hemos dado un culto tan grande a figuras del pasado por sus logros como artistas que calificamos toda voz crítica hacia ellos como propia de personas “ignorantes”, no estoy en posición para decir que el trabajo de esas personas es mediocre porque puedo valorarlos como artistas, pero jamás caeré en el error de adorar a alguien a tal punto que no pueda aceptar que a pesar de todo, solo era otro humano.

Toda la idea de ver a otros como “más puros que tú” es una forma de entender las cosas muy cercana al masoquismo, es bueno admirar a otros por sus logros como personas y no tiene nada de malo usar las obras de aquellos como inspiración para tus propias acciones, después de todo, esa es la razón por la que algunos trascienden, sin embargo, no importa que tan bueno sea para ti, siempre tienes que estar con una mente lo suficientemente abierta para que dentro de ella se encuentre un espacio dedicado a ejercer un buen juicio crítico.

Paz.

- Zeith Arev


No hay comentarios:

Publicar un comentario